26 abril, 2014

 

La mediación es un proceso que impulsa la desconstrucción y la construcción compartida de significados convirtiendo a las personas en verdaderos protagonistas de la transformación cultural, social, científica, técnica y emocional de su entorno.

La mediación escolar asume el reto de hacer frente a los propios conflictos de manera positiva, eludiendo cualquier forma de violencia y promoviendo la reconciliación entre las partes además de la reparación de los daños causados. Este proceso supone por tanto una gestión constructiva (comprometida, no violenta y positiva), creativa (inventando nuevos caminos, formulando ideas originales y abriendo nuestro pensamiento), cooperativa (reconociendo, revalorando y dialogando con las otras personas) y crítica (equitativa, transformadora y pacífica).

Desde hace varios cursos coordino  un programa de mediación escolar en un centro de educación primaria y a lo largo de este período he podido observar  los enormes beneficios que este sistema de ayuda entre iguales genera, no sólo a los alumnos que participan directamente del mismo sino también al centro en su conjunto como estrategia de prevención de conflictos. Es por ello que me gustaría profundizar en el proceso que supone.

La mediación escolar favorece relaciones positivas entre todos los miembros de la Comunidad Educativa, consolida el diálogo como la estrategia básica para resolver nuestras diferencias con los demás, potencia contextos colaborativos en las relaciones interpersonales,  favorece la comprensión y confianza en la escuela, mejora el clima escolar a través de la prevención y la neutralización de comportamientos agresivos, contribuye  a la transformación pacífica de las dinámicas de conflictos , al desarrollo activo de la cultura de paz y  ayuda a la formación integral del alumnado.

Cuando un equipo docente decide incluir la educación en el conflicto en el proyecto educativo del centro, puede hacerlo a través de la consolidación de Programas de Mediación Escolar puesto que éstos permiten sacar a los chicos y chicas del rol pasivo ante los problemas de convivencia  y les ofrece la posibilidad de participar en la creación y mantenimiento de un clima social positivo.

Todos los implicados en un proceso de mediación se benefician. Por un lado, las personas que han participado directamente en  el conflicto: el agresor se responsabiliza y toma conciencia  de los actos cometidos; el agredido encuentra un espacio de atención y escucha,  de información, de desdramatización y por supuesto de reparación. Tanto agresor como agredido comparten ese espacio para una comunicación positiva y  para la responsabilización. Y por otro, los alumnos mediadores crecen como personas, aprenden a comprenderse mejor a sí mismos y a los demás y a mostrarse solidarios; pero además se entrenan en una serie de técnicas y herramientas  como escucha activa, mensajes en “yo”,etc.

En la implementación de un programa de mediación, destacaría dos fases bien diferenciadas:

PRIMERA FASE:

  • Sensibilización y formación del profesorado: Para que el programa sea asumido por una mayoría del profesorado es preciso disponer de formación sobre este tipo de programas. Sería aconsejable que dicha formación fuera tanto dentro como fuera del centro. Y posteriormente como claustro reflexionar sobre ello, ventajas e inconvenientes, dudas, etc. Posteriormente  será aprobado en  Claustro y Consejo Escolar.

  • Motivación del alumnado: Todos los alumnos del centro deben conocer y profundizar sobre aspectos como: quienes formamos parte del colegio, para qué venimos al colegio, qué es un conflicto, quién nos puede ayudar, qué es un alumno mediador, su perfil y cómo se realiza  el proceso de mediación.

  • Proceso de selección: A la hora de decidir quiénes serán los alumnos mediadores considero importante que sean sus propios compañeros quienes lo decidan, habiendo trabajado previamente el perfil que se precisa. En mis años de  experiencia, he podido comprobar que los chicos y chicas de primaria son capaces de identificar  quienes mejor cumplen las cualidades requeridas para esta función. El mediador debe tener capacidad para ser neutral,  flexible,  responsable, paciente, empático, saber guardar el secreto, escuchar atentamente, ser respetuoso y objetivo además de saber crear y mantener la confianza. De esta forma se  valoriza esta figura en el centro ( son  más valorados por el resto de compañeros ya que han sido ellos quienes han tomado la decisión).

  • Formación de alumnos mediadores: El objetivo será la creación de un sentimiento de grupo (el equipo de mediación es un “equipo de personas” que desempeña un papel muy importante para la vida del centro). Se trabajan dinámicas de grupo, se abordan aspectos como la comunicación y sus técnicas, concepto de conflicto, se estudian situaciones concretas (qué ocurriría si…).  y se dramatizan posibles situaciones de mediación como entrenamiento previo. Pero la formación no debe limitarse a un simple intercambio de conocimientos, ni al modelaje de técnicas  por parte de un experto. Se trata de fortalecer a las personas del grupo animándolas a descubrir su potencial para la mediación, respetando el contexto y fomentando la participación.

  • Presentación a toda la Comunidad Educativa. Un programa de mediación deber ser compartido por toda la comunidad educativa y para ello, debe ser lo suficientemente  oficioso como para distinguirlo de otro tipo de actos (con la entrega de los distintivos que acreditan la tarea a realizar: diplomas, carnets, brazaletes, etc.)

SEGUNDA FASE: Resulta muy importante y beneficioso para su adecuada implementación esta segunda fase.

  • Comisión del Equipo de  Mediación: En esta comisión, junto a los alumnos mediadores participan los profesores que forman parte del mismo, y entre los que se incluirá algún miembro del Equipo Directivo. Su periodicidad puede ser quincenal y en ella se analizan sus actuaciones, puesta  en común de sus actuaciones, dificultades surgidas. Pero también constituye un potente lugar de encuentro donde los alumnos nos ofrecen una visión real de las situaciones ocurridas en patios, filas, etc.  y donde plantean sus propuestas de mejora. En mi opinión, esta segunda parte es mucho más importante que la primera. Cada alumno puede disponer de un cuaderno personalizado y todos los documentos trabajado se sellan con el símbolo del programa, aspecto que aporta mayor oficialidad.

  • Evaluación continua: Se realizará un seguimiento del programa a partir de cuestionarios dirigidos a los propios alumnos mediadores, al resto de alumnos, profesores, monitoras de comedor , etc.

Veamos cómo se realiza un proceso de mediación.

 Se inicia dicho proceso con una  entrevista en la que el profesor y alumno mediador mantienen  con cada alumno implicado en el conflicto (por separado). Éste  debe  contar,  en primera persona,  qué ha  pasado y cómo se ha sentido. Se les recuerdan las normas básicas de la mediación (mirar alos ojos, hablar en primera persona y confidencialidad)  para generar seguridad y tranquilidad, confianza  para poder expresar sentimientos y emociones, secretos que se desean mantener, etc.

Posteriormente, se produce una puesta en común de los mediadores en la que en base a la información aportada por cada alumno, valoran qué aspectos de todo lo que han contado  pueden ayudar  en el acto de mediación, siendo necesario incidir en ellos para canalizar la solución constructiva del conflicto.

Se inicia el acto de mediación en sí con las siguientes fases:

 1ª CUÉNTAME. Los alumnos/as en conflicto  se sientan en frente mirándose a los ojos y cuentan lo que ha ocurrido desde el “yo”. Cada parte expone su punto de vista y sus sentimientos y  ambas partes identifican el problema pero de mutuo acuerdo. El mediador escucha activamente prestando atención al lenguaje verbal y no verbal. Es el momento en el que los mediadores van planteando  cuestiones  para aclarar el problema y expresar los sentimientos vividos durante el conflicto y en el momento presente.

2ª.- ACLARAR EL PROBLEMA. Los mediadores repiten lo que los alumnos en conflicto han contado utilizando técnicas de reformulación, connotación positiva para resaltar las cualidades positivas de las partes), estructuración y formulación  de preguntas exploratorias para captar puntos de vista, estratégicas para determinar puntos clave y circulares para poder ponerse en el lugar del otro.

3ª.- LOS SENTIMIENTOS. Los mediadores les preguntan ¿cómo te sientes? Es el momento de destacar que ambos están muy incómodos ante la situación de conflicto que se ha generado y que ambos quieren  buscar soluciones

4ª.-PROPONER SOLUCIONES. Ante la pregunta de ¿tú, qué necesitas de ……………? y ¿a qué te comprometes?, los alumnos/as plantean  las soluciones propuestas por ambos en un ACUERDO DE  MEDIACIÓN. Lo importante es que este  acuerdo sea equilibrado, realista, concreto y  evaluable.

El alumno mediador plasma todo ello en un documento  que recoge estos acuerdos,  firmado por  todas las partes y con una  fecha para su revisión. En el caso de conflictos graves es importante incluir mecanismos para verificar los acuerdos.

En todo este proceso estamos formando a nuestros alumnos en una serie de habilidades que les pueden resultar imprescindibles para su participación en la sociedad como miembros seguros, activos y equilibrados.