19 febrero, 2016

Hace unos años leí “El efecto génesis” de Brian Hall (2006). Me llamó mucho la atención una parte del texto en la que el autor contaba una experiencia que tuvo cuando trabajaba en Centro América y las consecuencias que tuvo para él. Su trabajo se centraba en familias barrios muy desfavorecidos donde la violencia y la prostitución infantil, entre otros, campabana a sus anchas. Élse preguntaba cómo personas que conocían las consecuencias que determinadas decisiones podrían tener pra sus familair o para ellos mismso actuaban permitiendo aquellas injusticias. En su motivación por aportar su granito de arena para que la situación cambiará, e influido por los trabajos desarrollados entre otros por Paulo Freire, Brian hablaba, preguntaba y escuchaba a aquellos padres y madres con los que trabajaba. 

Muchos fueron los trabajo que después se derivaron de aquella experiencia pero me vais a permitir que comparta con vosotros una de aquellas ideas que debemos tener muy en cuenta en nuestra labor como educadores.

Las personas compartimos unos valores que podríamos denominar universales, pero que cada cual los combina y prioriza de forma individual, desarrollando modelos particulares y subjetivos que reflejan la forma de ver el mundo y determinan las actitudes en él.

Desde esta idea los valores no tienen sentido aislados sino que debemos compararlos con qué otros valores estamos priorizando en cada momento. A lo largo de la vida las prioridades de valor van cambiando, dependiendo de las circunstancias y de las experiencias vividas.

Un ejemplo utilizado habitualmente es aquel que, tomando cuatro valores concretos (diversión o tiempo libre, trabajo, familia y educación) pide a cada cual que los ordene o priorice según su criterio. Así  podemos obtener distintas combinaciones, algunas de las cuales que se pueden observara en la Tabla 1: 

 

  Persona 1 Persona 2 Persona 3
Orden de prioridad 1 Diversión/ Tiempo libre Trabajo Educación
2 Familia Educación Trabajo
3 Educación Familia Diversión/ Tiempo libre
4 Trabajo Diversión/ Tiempo libre Familia

 

En los tres casos se parte de los mismos cuatro valores, pero el orden de prioridad es distinto, lo que determina una visión del mundo diferente y posiblemente comportamientos distintos.

Mira de nuevo los tres ejemplos de la tabla y deja volar tu imaginación ¿podrías identificar a personas adultas que según tu criterio podrían estar respondiendo a estos tres perfiles? ¿Se comportan de forma diferente?

Y ahora desarrollemos otro ejemplo que nos permitirá ilustrarnos sobre por qué algunos chicos y chicas se comportan como lo hacen. En este caso he seleccionado otros cuatro valores distintos al ejemplo que hemos utilizado anteriormente, estos son: Afirmación social, Amistad/Pertenecer, Apoyo semejantes y Derechos/Respeto. Volvemos a tener cuatro valores de partida y haremos el ejercicio de abstracción de priorizarlos de forma distinta y pensando si los comportamientos de cada uno de los sujetos podrían ser diferente según ilustramos en la Tabla 2.

 

Chico/chica 1 Chico/chica 2 Chico/chica 3
Orden de prioridad 1 Afirmación social Amistad/Pertenecer Derechos/Respeto
2 Amistad/Pertenecer Derechos/Respeto Apoyo semejantes
3 Apoyo semejantes Apoyo semejantes Amistad/Pertenecer
4 Derechos/Respeto Afirmación social Afirmación social

 

Como podemos observar, el primer ejemplo sería el caso de una chica o chico muy preocupado por recibir el apoyo y el refrendo de sus compañeros para crecer como persona y tener éxito. Además contar con un grupo de personas en el que apoyarse es esencial. Queda en un segundo plano respetar a los otros (tanto a su persona como a sus cosas).

El tercer supuesto sería aquel chico o chica para el que reconocer y respetar la valía y las propiedades de los demás es esencial así como contar con otras personas en las que apoyarse tanto en los momentos de alegría como en los de dificultad. Queda en segundo plano qué piensan los otros sobre él/ella.

¿Podemos afirmar que los comportamientos de ambos serían distintos? Seguro que sí.

De esta forma quería ilustrar de forma sencilla cómo lo importante no son sólo los valores que tenemos, sino cómo los priorizamos u ordenamos en cada momento. En nuestra labor como educadores/as es esencial que sepamos identificar estas “prioridades de valor” para intervenir de forma ajustada y eficaz.

Ahora te pido que sigamos hablando sobre el tema. ¿Te parece interesante este enfoque para tu trabajo como docente? ¿Conoces y/o utilizas ejercicios de clarificación de valores con tu alumnado? ¿Es posible utilizar estas técnicas con grupos de mediación entre iguales?