12 julio, 2015

Un proyecto de emprendimiento social, implica que los niños y los jóvenes se organizan para transformar algún hecho, problema o situación de su entorno que no les gusta y que quieren mejorar. Significa que son ellos quienes toman el protagonismo de detectar esa situación,de planificar una propuesta y finalmente de llevarla a cabo.

Si nos fijamos en esta definición descubriremos como el hecho de incorporar un proyecto de estas características en nuestra programación para el curso siguiente (ahora que nos encontramos en el momento de dibujar e imaginar el próximo período), puede permitirnos introducir el entrenamiento de algunas habilidades esenciales en el aprendizaje además, claro está, de contribuir a la causa por la cual se ha ideado el proyecto.

Este post lleva por título Design Thinking para emprender socialmente y tiene una razón. En el ámbito empresarial se utiliza el pensamiento de diseño cuando se pretende cambiar, mejorar, innovar un producto o servicio para hacerlo mejor, más novedoso o mucho más adaptado a las necesidades y demandas de sus clientes.

Esta forma de pensar, de mirar, de diseñar y aplicar una propuesta es especialmente interesante para desarrollar un proyecto de emprendimiento social en la escuela.

El Design Thinking permite busca transformar las condiciones existentes en otras preferidas o mejores. Esta forma de pensar es justo lo que queremos que nuestros alumnos aprendan a través de un proyecto de emprendimiento social. Se trata de que detecten una situación que les disguste y que piensen, desarrollen y apliquen una solución que permita mejorarla o cambiarla. Utilizar un herramienta actual y probada como la que proponemos nos ayuda a entrenar unas habilidades absolutamente necesarias en la sociedad actual.

¿Cómo se aplica el DESIGN Thinking y que habilidades entrenamos?

En primer lugar debemos ayudarles a encontrar un problema no resuelto, sea en su entorno más inmediato, en la ciudad, en el país o en el mundo. Pero atención, en la selección del problema debemos tener en cuenta hasta qué punto nuestro proyecto va a poder aportar alguna solución, va a ser viable (en tiempo o recursos) y eficaz. Estos podrían ser algunos de los criterios de selección.

Detectado y consensuado el problema aplicamos un design thinking para transformar, mejorar y aplicar alguna solución. Y lo hacemos en tres pasos claramente diferenciados.

1. FASE DE INMERSIÓN en el problema: se trata de entender el problema, de analizarlo, de buscar y observar la información, de cazar tendencias, es decir, de ver qué ocurre en otros lugares sobre ese mismo problema….

Es el momento de recoger la máxima información posible. En esta fase entrenamos con nuestros alumnos su capacidad de mirar y de analizar la información y el pensamiento crítico

2. FASE DE IDEACIÓN, es el momento de la generación de ideas, de buscar alternativas e intentar encontrar soluciones. Es en esta fase cuando entrenamos con nuestros alumnos la aplicación de técnicas de creatividad que nos permiten aumentar la agilidad en la generación de ideas, la flexibilidad, la originalidad y la eficacia.

3. FASE DE PROTOTIPEO, se da cuando experimentamos, probamos y ensayamos nuestras ideas con las personas afectadas. De verdad aquello que hemos ideado va a funcionar? Podemos pensar con las manos dibujando, construyendo alguna prueba pilota, y siempre, siempre, contrastándolo con los beneficiarios de nuestra solución.

Inmersión, ideación y prototipeo son los pasos fundamentales para iniciar un proceso de Design Thinking con tus alumnos. Te atreves a probarlo?