20 diciembre, 2013

Con la invención de internet, la omnipresencia de las redes sociales,  y con ellas la posibilidad de intercambios de materiales entre docentes y entre alumnos, el papel y el sentido de la educación se está teniendo que replantear forzosamente.

Aunque el monopolio de qué y cómo se enseña en nuestras escuelas sigue en las manos de unos pocos, básicamente de políticos, ministerios de educación, instituciones educativas y algunos docentes, cada vez más los avances técnicos permiten que el cómo se enseña cambie y dé cabida a otras formas de aprendizaje, todavía no regladas. Se trata de la posibilidad de que se tenga en cuenta el aprendizaje adquirido no formalmente, el que están adquiriendo nuestros alumnos fuera de la escuela y a pesar de la escuela. Este aprendizaje a través de los llamados juegos serios, por ejemplo, o a través de compartir conocimiento en las redes sociales, se valorará cada vez más entre aquellos docentes que se creen lo de partir de los conocimientos previos y de que se puede sacar partido de las formas entre las que los alumnos interactúan fuera del aula para construir conocimiento de forma compartida.

Otro aspecto que se debería ver afectado por estas nuevas tendencias y que puede acabar con el monopolio de la educación por parte de algunos, en este caso de las editoriales que se reparten el mercado de los libros de texto, son los recursos educativos en abierto para su uso y adaptación a cada circunstancia o necesidad educativa particular. La personalización de la educación es todavía  la gran tarea pendiente de la educación. El modelo de escuela con un alumno medio que debe adquirir unos conocimientos estándares de una forma estándar debe cuestionarse y llegar a su fin en algún momento.

Quizá en un futuro cercano deberíamos ser capaces de decidir si no qué, al menos sí cómo aprendemos, de la misma forma que en la industria de la música hemos llegado a poder decidir qué, cómo y cuándo escuchamos sin que tenga un coste adicional. A través del aprendizaje informal y de su reconocimiento, deberíamos poder llegar a recuperar el control de nuestro aprendizaje en cada estadio educativo de nuestra vida, o incluso a lo largo de nuestra vida.