19 mayo, 2013

Andamos en clase últimamente preocupados con los dientes, el otro día una niña de la clase perdió un diente en pleno recreo, sencillamente se cayó porque le llegó el momento, un poquito de sangre en la boca encendió todas las alarmas e hizo que alguna lágrima brotará, luego lo de imaginar al Ratoncito Pérez andando por la cama termino de completar nuestro drama particular.

Por la tarde, con más calma hablamos del tema, ahora mismo nuestro pequeño proyecto en el aula está orientado a  los animales que pueblan nuestros ríos y nuestro mar Cantábrico, así que fuimos conectando temas  y llegamos a la conclusión que eso de perder un diente no están complicado comparado con las mudas que hacen centollos y otros seres acuáticos, ver que los animales también sufren cambios en sus cuerpos y siguen tan panchos nos dejó a todos más tranquilos, la naturaleza es sabia y va acompañando a cada momento de crecimiento una solución, entonces ¿cuál era el origen de la angustia por el diente? Era muy sencillo, el dentista.

La pobre que perdió el diente tenía miedo de tener que visitar al dentista, no ha ido nunca a visitar a uno y vaya usted a saber porque razón ya le tiene miedo, “es un médico con tenazas” puede resumir la idea que tiene del asunto.

El médico, en general, nos gusta poco, más en la clase de cinco años, a medida que van cumpliendo seis les toca revisión y un par de vacunas, cada uno que va, vuelve contando una aventura más terrible, ¿qué sucede allí? es la pregunta de los más pequeños, los mayores de la calse van suministrando toda una serie de “informaciones” sobre lo que les espera, como no puede ser de otro modo,  les condicionan, si lo cuenta mi compañero tiene que ser verdad.

¿Cómo abordar el tema de los médicos y los dentistas de manera específica en el aula en un sentido positivo?

Nosotros además de hablar del tema, hemos estado viendo la película de Buscando a Nemo, así conectábamos aún más entre peces y dentistas dándole continuidad a los dos temas de interés del momento actual en el aula.  Si la recordáis parte de la acción transcurre en la consulta de un dentista, así hemos comenzado un diálogo que se va a extender durante  varias sesiones sobre dientes y dentistas, ¿qué nos podemos encontrar? ¿Nos va a doler? ¿Por qué vamos? ¿Por qué es importante tener una boca sana y cuidada?

Otra derivada del tema va a ser, como siempre, los abuelos, son nuestro gran recurso, todos han visto a su abuelos quitarse dientes y prótesis, será otro de los campos que vamos a explorar para comprender un poco como la dentadura es algo vivo que influye en nuestra salud.

Como veréis es un ejemplo sencillo de los temas que podemos abordar en el aula sobre salud, los niños y niñas deben conocer y comprender la necesidad del cuidado de si mismos, y lo tienen que hacer desde la información, el conocimiento de primera mano destierra miedos e ideas preconcebidas que no siempre se ajustan a la realidad, no podemos crear buenos hábitos desde supersticiones e impresiones equivocadas, lo fundamental es acudir a las fuentes.

Si tenemos la oportunidad de contar con un dentista para hablar de dientes en la escuela sería genial, podemos intentarlo con nuestro dentista habitual, o con alguna consulta que tengamos cerca, los que estamos en una zona rural lo tenemos más complicado, pero seguro que tenemos un médico de familia cerca que puede, en un momento dado, suplir al dentista y ayudarnos.

En algunas comunidades autónomas tenemos programas de salud bucodental que de manera preventiva visitan los colegios para hacer seguimiento y orientar a los niños de Primaria, puede ser interesante contactar con estos servicios para que su visita se programe con antelación y así tener la oportunidad de abordad estos temas de manera más eficaz.

Si ampliamos el horizonte de nuestros interéses, podemos extender nuestras indagaciones al ámbito clínico, visitar una consulta de nuestro centro de salud o un hospital en la medida que estos servicios nos lo permitan puede ser una opción interesante para que niños y niñas conozcan cómo funcionan estos servicios, haciéndolo desde la buena salud, es decir, cuando vamos enfermos, queremos que nos curen, de poco sirven las explicaciones que nos den en ese momento, no estaremos recpetivos  para comprender como funcionan.

Saber quiénes trabajan allí, conocer las dependencias y el instrumental que se utilizará si es necesario el día de mañana si nos ponemos malos, nos ayudará a tomar conciencia de nuestra salud y a valorar más su cuidado.

En conclusión, los niños necesitan anticipar y conocer antes de vivir una realidad, y en el ámbito de la salud nos guste o no, todos, tarde o temprano tenemos que vivirlo en primera persona.