14 mayo, 2015

Hace unos días leía en los periódicos las noticias sobre la elección del mejor maestro del mundo. He de decir que, en un primer momento, el titular me produjo un poco de sorpresa ya que no conocía ni había oído a hablar nunca de un premio dentro de la enseñanza que llevara este nombre. Me extrañó y empecé a hacerme algunas preguntas sobre quién organizaba este tipo de premios , qué requisitos debe tener un maestro para conseguirlo y sobre si es necesario que existan este tipo de reconocimientos. Me informé sobre el tema y quería aprovechar este post para contar algunas de las cosas que descubrí y compartirlo en este post.

El Global Teacher Prize, nombre que lleva este evento, quiere convertirse en el Premio Nobel de la Educación. Su promotor es Sunny Varkey un profesor de origen indio establecido en Dubai que hizo fortuna enseñando inglés a los árabes cuando acababan de descubrir los pozos de petróleo. Él mismo se define como un filántropo y a través de su fundación llamada Varkeys GEMS (www.varkeyfoundation.org ) ha celebrado por primera vez el Global Teacher Prize. Uno de los objetivos, según la fundación, es dar valor a la educación para que toda la sociedad tome conciencia de la importancia de que la gente se forme desde su infancia y a lo largo de la vida. Según Varkeys, uno de los objetivos es que se hable de educación en las esferas públicas. Al leer estas declaraciones, empecé a interesarme por el certamen ya que en nuestra sociedad a menudo existes si hablan de ti los medios de comunicación y , si iniciativas de este tipo, permiten que se valore la labor de los maestros pues… adelante!

Más de 5000 candidaturas se presentaron al premio dotado con un millón de dólares y 50 quedaron finalistas, entre ellos un profesor español. Prácticamente la mitad de estos nominados procedían de países con una estructura escolar frágil y trabajan en condiciones cuanto menos singulares, en escuelas de alta complejidad o con recursos menguantes. En la clasificación final quedaron 10 aspirantes ( 5 hombres y 5 mujeres ) compartiendo su entrega el mundo de la docencia, la creativitad y la capacidad de liderazgo valores que creo imprescindibles en nuestra labor. Uno de estos finalistas es el profesor afgano Azuzullah Royesh que ha montado una escuela donde las niñas se escolarizan en las mismas condiciones que los niños, cosa poco frecuente en su país. O también el caso de Stephen Ritz, en el barrio del Bronx de Nueva York, donde impulsó un método para que los alumnos cultivasen sus propios alimentos y consiguió una reducción del absentismo de 60 % al 7 %. En el ámbito del voluntariado cabe destacar la experiencia llevada a cabo en Haití donde la clave del proceso de aprendizaje se basaba en el servicio a la comunidad que deben realizar todos los alumnos.El título de mejor profesor del mundo fue para la pedagoga estadounidense Nancie Atwell fundadora del Centro para la Enseñanza y el Aprendizaje en Maine, en la costa este americana, donde ha conseguido que sus estudiantes lean un promedio de 40 libros al año, cuando lo habitual en Estados Unidos es entre seis y ocho.

Como dicen las bases de este premio, es imprescindible mostrar el soporte hacia los maestros y contribuir a que crezca su autoestima. El docente no debe resignarse a seguir trabajando a pesar de las dificultades. El lema principal es que, si hace falta, sea un profesor a contracorriente. Seguiremos pues, remando a contracorriente.