18 enero, 2015

“No hay que esconderlo. Lo lamento, pero una parte marginal de mis alumnos se negaron a observar el minuto de silencio” el jueves pasado en homenaje a las víctimas del atentado contra Charlie Hebdo, confía a la Agencia France Press un profesor de una escuela de secundaria de Clichy, en las afueras de París.

Leo estas declaraciones en el periódico y no puedo evitar ponerme en el lugar de este profesor. Los hechos que han sacudido Francia estos días me llevan a reflexionar sobre la importancia del papel de que tienen las escuelas en la educación de los temas religiosos y de la libertad de expresión. El profesor describe reacciones de alumnos del estilo de “la gente de Charlie Hebdo se la buscaron” o “no había que matarlos, pero no se puede insultar al profeta”. Cómo se plantea un debate de este tipo con los alumnos??? Cuál debe ser el papel de la escuela en todo este proceso??

Dolors Bramon , especialista en el mundo árabe, apuesta por introducir en las escuelas materias sobre la diversidad religiosa. Bramon afirma que las tres religiones monoteístas –judaísmo, cristianismo e islam- fuesen tratadas de manera conjunta porque tienen muchos puntos en común, pero que también se explicasen el budismo y el confucianismo. Insistir en que no hay diferencias. A los chavales se debe educarlos en base a la libertad de pensamiento y del respeto. La educación es clave para erradicar fundamentalismos de este tipo. Pone de ejemplo también el terrible caso de Boko Haram en Nigeria que ha “prohibido la educación occidental “ cuando en realidad quiere decir “prohibida la educación” porque hasta el momento los niños de Nigeria en las escuelas aprendían a sumar y restar y poco más. Lo que no quieren es que la gente aprenda a pensar.

El gobierno francés también se ha pronunciado al respeto anunciando que a partir del curso próximo la enseñanza de los principios del laicismo en las escuelas para combatir comportamientos como la solidaridad con los terroristas que atentaron descritos al principio de este artículo por el profesor de Clichy. En este sentido el gobierno pretende también formar a profesores para impartir esta materia para que sepan reaccionar ante alumnos que cuestionen los principios laicos y un apoyo operativo para los equipos en dificultades.

Son algunos de los ejemplos de diferentes noticias de estos días en los periódicos acerca de la educación y los fanatismos. Y estoy de acuerdo en que es necesaria abordar des del laicismo, sustentado en la democracia, el pensamiento crítico y la ética de los derechos humanos, la comprensión de todo este fenómeno. En esta línea creo que la nueva reforma educativa del ministro Wert debería plantearse introducir nuevos contenidos de laicismo en los programas escolares y no incidir tanto en el hecho de que la materia de religión contabilizará a partir del próximo curso en el expediente del alumno. La escuela no puede vivir al margen de fenómenos como el de Charlie Hebdo y, en la medida de lo posible y desde la tolerancia debe intentar dar respuestas a sus alumnos, respuestas laicas.