17 noviembre, 2013

Este fin de semana paseando por el barrio de mi niñez, me iba dando cuenta de lo que ha cambiado, de como afecta la crisis … me iba dando cuenta de como he cambiado también yo, en estas me encontré una tapia con un grafiti que me impacto sobre manera decía: “no seas uno más”.

Una frase tan sencilla y a la vez tan llena de contenido y significados, nacemos siendo únicos, irrepetibles, somos admirados y considerados como un tesoro, como algo especial, pensad en algún bebé que haya nacido en vuestro entorno recientemente y veréis que tengo algo de razón, sin embargo, con el tiempo nos vamos transformando, uniformizando, vamos perdiendo nuestra singularidad … nos vamos volviendo grises.

Si al nacer somos seres luminosos, con el paso del tiempo vamos pasando a un tono monocorde. ¿Contribuye la escuela en ello? ¿Quiere la sociedad que seamos así?

Ya no se trata de ser más o menos original o creativo, tengo la sensación que nos empujan hacia un tipo de persona, seas hombre o mujer, seas rico o pobre, vivas en el mundo rural o en la ciudad, compramos, consumimos y nos consumimos por el camino perdiendo nuestra esencia particular e individual.

“No seas uno más”, significa que no sigas la corriente del resto, que vayas contracorriente si lo consideras necesario, que disientas, que participes, que no seas indiferente, que te atrevas a decir NO cuando consideres que aquello que los que te rodean te ofrecen o te obligan hacer.

Toma las riendas de tu vida, piensa, decide y actúa en función de tus propias decisiones, de tus propios deseos, no te dejes llevar por la corriente.

Si miramos la escuela infantil vemos una suma de individualidades que se van transformando en una suma de varios, nos abrimos a la cooperación porque alcanzamos metas juntos, bien sea compartir un hermoso y húmedo charco o lograr que nos vuelvan a leer un cuento, es una relación leal entre iguales, todo cambia cuando llegamos a Primaria y nos convertimos en uno más de la clase de …, pasamos a ser uno más que calla, escribe, calcula pero no imagina, no debate, no transforma, no piensa, no toma decisiones, y seguimos creciendo, jugamos al deporte único, vestimos como la moda nos dicta, etc.

Quizás sea un cuadro un poco exagerado, lo sé, soy consciente pero me gustaría provocaros a pensar si vosotros también tenéis la sensación de  ser uno más, bien sea en vuestro entorno más cercano, en vuestro colegio, …, ¿somos uno más? ¿nos dejamos llevar por las opiniones predominantes? ¿Favorecemos que nuestro alumnado sea creativo, crítico, diferente?

Volvemos a temas de los que ya hemos hablado, ¿les educamos para ser autónomos? ¿Para tomar las riendas de su propia vida? Si con tres, cuatro o diez años no has comenzado a tomar decisiones, a defenderlas y razonarlas, a ceder y transigir cuando los demás llevan la razón ¿qué tipo de futuro te espera? ¿Qué decisiones tomarás en el futuro? ¿Serás responsable de ellas o simplemente serás uno más?

Si te sientes uno más entre la multitud, cambia de rumbo, arriésgate, el error forma parte de la vida, no es ni principio ni fin, un error no es algo irremediable, solo es, un paso más.

Feliz semana.