5 mayo, 2013

Desde hace algunas semanas en cualquier periódico que leamos encontramos los mismos anuncios, basta con darse un vuelta por las ediciones on line que más pronto que tarde nos salta un anuncio de dietas, reducción de peso, alimentación sana o similar, todos comparten una misma característica necesitamos perder peso para la inminente “operación bikini”.

Seguro que muchos y muchas habéis hablado del tema con amigos o compañeros, la frase “ya llega la operación bikini” surge las conversaciones en el momento que comienza la primavera a tomar un poco de fuerza con sol y temperaturas un poco más elevadas, es una coletilla que tenemos ya interiorizada.

Estos anuncios me han llevado a reflexionar sobre la publicidad, la alimentación, …, ¿cómo vivimos? ¿Cómo nos alimentamos? ¿Cuáles son nuestras motivaciones en relación con la comida? ¿Somos conscientes de lo que comemos y del impacto que provocamos? ¿Cómo nos afecta a la hora de educar a los niños y niñas?

Este es un blog sobre educación para la salud, así que me gustaría esta semana ir más allá de la información sobre hábitos de alimentación saludable en la escuela o en la familia, es un tema que ya abordamos de manera consciente y comprometida desde los primeros años de escolarización de los niños y niñas, vayamos un poco más allá.

Los niños son un sector de consumo muy importante, la publicidad se fija en ellos para mover que consuman determinados productos y marcas, sin duda son vulnerables a la presión publicitaria de nuestra sociedad de consumo desenfrenado si los mayores no ponemos coto a los mensajes que reciben.

Por ejemplo, pensemos en esas maravillosas hamburguesas que nos venden en determinados establecimientos, siempre van acompañadas de un juguete que invita a volver para completar la colección, ¿consumimos el producto por su sabor y riqueza nutricional o por el regalo?

Obviamente, con cuatro, cinco o seis años, todo lo que sepa rico, se haga fuera de casa en un ambiente lúdico y con regalos es una oferta demasiado tentadora como para ser rechazada, no digo que nunca se haga, sino que esa comida sea excepcional, que hagamos conscientes a nuestros niños y niñas que ese tipo de alimentación no es sana, que puede provocarnos enfermedades a medio plazo.

  Otro ejemplo, la serie de dibujos animados “Bob Esponja” transcurre en una hamburgueseria donde el dueño está obsesionado con el dinero, el anodino compañero de Bob odia su a trabajo, la competencia se muere de la envidia, y el protagonista adora tanto su trabajo que no puede vivir sin sus hamburgesas aunque sea explotado, miremos más allá de las historietas, ¿qué nos están vendiendo? ¿Vamos a la hamburgueseria para tener la emoción de ver a Bob Esponja?

¿Alternativas?, siempre tenemos alternativas a nuestro alcance, aquí van algunas:

  * ¿Por qué no vamos a la hamburgueseria del barrio que usa productos frescos y locales?

Tendremos la oportunidad de conocer a nuestros vecinos, de preguntar como elaboran sus productos, de dónde los traen, porqué utilizan esos productos y no otros, cómo se fijan los precios de los productos que ellos comercializan … en definitiva, acercarnos a la realidad que tenemos más próxima para comprenderla, conocer lo cercano para comprender lo lejano.

* ¿Por qué no organizamos un taller en la escuela o en casa de hamburguesas de otros sabores: vegetarianas, de pescado, de pollo, …?

Podemos ir a la compra con los niños a las tiendas del barrio o de nuestro pueblo, conocer los productores locales, plantar nuestras verduras y frutas para elaborar nuestros propios menús

Es importante que tomen conciencia también del impacto de este tipo de alimentación industrial, los críos más mayores abordan en clase los procesos de producción y consumo, el comercio, etc., abordemos con ellos el origen de los alimentos que consumimos, sus costes energéticos de producción, transporte y almacenaje, con un sentido crítico para que comiencen a tomar postura sobre sus propias vidas comenzando por algo tan básico como su alimentación.

* ¿Por qué no organizamos nuestra propia campaña de publicidad con los productos que hemos elaborado?

Así tendremos la oportunidad de explicar cómo hicimos nuestros menús, de dónde vienen los productos, quién los cultivo, …, mil oportunidades para aprender a escribir, leer, hablar, experimentar, jugar, compartir, más completo imposible para niños y niñas de Educación Infantil y primeros ciclos de Primaria.

A partir de segundo ciclo de Primaria, y sobre todo con tercer ciclo de Primaria podemos abordar un proyecto más ambicioso, la idea sería analizar ¿Qué modelos de belleza nos proponen los grandes medios de comunicación a través de la prensa escrita? ¿Esos modelos implican hábitos alimentencios saludables? 

Organizamos la por grupos para investigar sobre prensa escrita: prensa diaria, revistas de fin de semana de los grandes diarios nacionales, revistas femeninas, revistas juveniles, …, cada medio nos dará una visión de la belleza y la salud, todos incluyen secciones al respecto, además de moda y complementos, en muchos casos también encontramos secciones de medio ambiente.

Esos modelos desde un punto de vista medioambiental ¿son sostenibles? ¿Qué podemos hacer? ¿Existen alternativas? ¿Son coherentes sus diferentes secciones entre si?

Identificar, analizar, reflexionar, compartir, dialogar, generar conclusiones, compartir y difundir, nos llevaría a realizar un ciclo completo de aprendizaje, con múltiples herramientas, técnicas y estrategias, que podríamos evaluar fácilmente en función de la implicación, grado de reflexión y las producciones obtenidas.