14 julio, 2013

Vuelve el calor estival y regresan los investigadores al yacimiento de Atapuerca en Burgos, estos días son noticia sus hallazgos sobre los primeros homínidos, nos remontan a un tiempo tan lejano que cuesta imaginar cómo eran aquellos primeros hombres que poblaron la Tierra.

¿Qué nos hace humanos? ¿Qué nos hace especiales con respecto a otros animales?

Habría mucho que hablar al respecto, es un ámbito tan apasionante como complejo, para mi un ingrediente esencial, es la risa, el sentido del humor, la capacidad de reírnos de nosotros mismos, de compartir la alegría con los demás.

Todos los animales juegan, es un mecanismo que facilita su desarrollo, les ayuda a crecer, los  niños también juegan a todas horas como un medio de adentrarse en el mundo, pero la diferencia es la risa, un bebé ríe a gusto cuando reconoce a sus padres, cuando juegan con él o recibe caricias y atenciones, y es que la risa nos proporciona felicidad, bienestar, después de reírnos un buen rato con amigos o compañeros nos quedamos con un regusto de satisfacción.

Cuando nos enfrentamos con una situación compleja, tenemos risa floja, es una manera de liberar la tensión, de aligerar el peso de la angustia de aquello que nos inquieta.

La risa en definitiva es salud, buena salud es la que tiene quien posee una visión optimista de las cosas, quien ríe con facilidad es capaz de afrontar de manera más satisfactoria situaciones problemáticas y las supera con más facilidad que personas que tienden a la negatividad y el pesimismo.

¿Durante el curso nos reímos más o menos que durante las vacaciones? ¿Por qué hemos respondido de la manera que lo hemos hecho? ¿Qué mecanismos y situaciones interfieren en nuestro buen humor? ¿Qué hacemos para mejorar nuestro humor? ¿Nos reímos en el aula con nuestros niños y niñas?

Ahora que tenemos tiempo por delante podemos plantearnos este tipo de cuestiones, nos preocupamos mucho por las emociones negativas, hay que evitarlas, abordarlas, …, hagamos del humor un elemento que dinamice nuestras vidas, si en el grupo que formamos los maestros de la escuela tenemos una buena dinámica, si reímos juntos de vez en cuando, seguro que las relaciones serán más fluidas, más fáciles, más satisfactorias, ¿influirá de manera positiva en el bienestar de nuestros alumnos y alumnas?

¿Podemos introducir el humor en el aula?

En muchas ocasiones nos da miedo reírnos con nuestros niños y niñas, tenemos miedo a perder autoridad, que el respeto que nos tienen se vea desdibujado, pero sin duda, reírnos juntos, hacer un poco de teatro, exagerando alguno de nuestros defectos, disfrazarnos, decir algunas de esas palabras que les encanta repetir pero que ellos saben que no se dicen, …, son recursos que funcionan estupendamente con los más pequeños, se crean situaciones de complicidad que nos van a ayudar a bajar un escalón y ponernos más cerca de su realidad y necesidades, sin duda nos ayuda a comprenderlos mejor.

Estoy convencido de ello, no es fácil lograrlo, el día a día es complejo, difícil, muchas veces es arduo, pero si tenemos claro el rumbo, no perderemos el horizonte, más pronto que tarde lograremos que nuestros niños y niñas crezcan sanos y felices necesitamos que se rían y reírnos con ellos.

 La risa, sin duda alguna, nos hace cada día más humanos. ¡Feliz verano!