7 mayo, 2014

Esta semana tenía preparado una entrada para el blog sobre enfermedades, bacterías y antibióticos … quizás para la próxima porque ayer tras una reunión del seminario de Jefes de estudio en el que participo nos surgió un debate y, una preocupación, que me ha llevado a cambiar de opinión y hablaros de ello.

¿Qué tema nos preocupaba? Muchos la verdad, siempre encontramos algo que mejorar en la escuela pero analizando el contenido de la LOMCE llegamos a la conclusión de que la acción tutorial sigue ausente de nuestras aulas.

No es una ausencia obvia, en los documentos del centro, en la acción de los tutores existe pero … ¿cómo se se lleva a cabo? ¿De verdad somos tutores? ¿Dedicamos tiempo y esfuerzo a esta labor fundamental? ¿Qué sentido tiene en la nueva ley? ¿Es un factor de calidad? ¿Y cuándo lo hacemos?

¿La verdad? La acción tutorial, la tutoría queda relegada en la mayoria de las ocasiones a momentos de conflicto o para rellenar tiempos muertos porque no se destina un tiempo específico para ello en el horario, no existe, la ley no lo contempla. Las áreas, los contenidos lo llenan todo y dejan la vida, el crecimiento personal de los niños … al tiempo del recreo.

¿Cuándo hablamos de lo que les preocupa e inquieta? ¿Cuándo les ayudamos a comprerde lo que sienten?

Podemos abordar estas cuestiones de manera puntual en un área, en un proyecto o con un material específico en un momento del curso, aunque no nos engañemos cuanto más se sube por la “escalera” del sistema menos tiempo queda para hablar de cómo te sientes y de qué necesitas … todo lo contrario de lo que ocurre en Educación infantil, dónde hablamos, hablamos y hablamos … y también abrazamos, negociamos, creamos …, ¿esto quiere decir que les desatendemos en otras etapas? NO. Grande y rotundo, pero la realidad es que la tutoria, la acción tutorial suele ser una necesidad secundaria que queda, en muchas ocasiones, albur del tutor.

Sé que generalizo, estoy siendo injusto con muchos que seguro que hacéis muchas cosas de las que digo que no se hacen, soy consciente, me gustaría provocaros un poco si me lo permitís porque cuando miro a mi alrededor observo que no negociamos normas y tiempos, los marcamos e imponemos. No resolvemos conflictos, dictamos “setencia” y castigamos. No indagamos en lo que les inquieta, lo deducimos, o en el mejor de los casos, lo hablamos con los padres dejando de lado dar la voz a los niños y a las niñas.

Necesitamos un tiempo estable, sistemático donde se pueda organizar la tutoria. Proponer temas y tareas que se basen en el diálogo compartido, en la reflexión construida desde la realidad infantil, y tenemos que hacerlo por ellos, nadie les va a enseñar a vivir; el mundo va demasiado rápido preocupado en competir consigo mismo … y mientras tanto, los niños y las niñas siguen sobreviviendo, igual que hicimos nosotros, adultos que hemos olvidado que fuimos niños y había una enorme cantidad de cosas que desconocíamos y nos inquietaban.

¿Cuántos temas podríamos introducir en este tiempo, imaginemos que fuera semanal? ¿Necesitamos un libro o material? ¿Cuántos hay disponibles para este fin? ¿Cuántos hemos utilizado en el último curso?

Dedicad un minuto a reflexionar sobre ello … os sorprederéis igual que hicimos nosotros, seguimos necesitando un tiempo para pensar, reflexionar, repensar lo que estamos haciendo … sin ordenes del día, sin acta de coordinación, simplemente mirarnos de manera sincera hacia dentro y actuar.

Los niños y las niñas nos necesitan; necesitan ser escuchados e interpelados sobre sus propias vidas; necesitan que les acompañemos no solo en lo académico, en lo curricular, nos necesitan para crecer y comprenderse … ¿seremos capaces de encontrar ese tiempo?

Yo me lo he apuntado para el próximo curso, sin duda ya tenemos un aspecto a mejorar en la memoria del curso.

Os dejo con una imagen … siempre valen más que mil palabras, creo que resume lo que deberíamos lograr. Feliz semana.